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8,3 millones de hectáreas afectadas por inundaciones en Argentina

Las recientes lluvias que han impactado la región núcleo de Argentina durante agosto han creado un escenario sin precedentes para el sector agropecuario. Este fenómeno, calificado por los técnicos de Monte Maíz como un “cisne negro”, ha traído consigo registros pluviométricos que no se habían visto en 90 años en esa localidad.

La situación actual ha dejado a la región con grandes oportunidades para la nueva campaña, pero también con importantes riesgos, ya que el 83% de los suelos se encuentran saturados, lo que equivale a unos 8,3 millones de hectáreas. La zona núcleo, que abarca el norte bonaerense, el sudeste cordobés y el sur de Santa Fe, suma un total de 10 millones de hectáreas. Este dato sobre la superficie saturada proviene del informe semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

El promedio mensual de las 36 estaciones de la red GEA/BCR alcanzó los 193 milímetros, una cifra notable en comparación con la media histórica de solo 30 milímetros para agosto. Esto convierte a agosto de 2025 en el mes más lluvioso de los últimos 30 años, superando ampliamente al mismo mes de 2015 tanto en volúmenes acumulados como en la extensión de la cobertura.

Localidades como María Teresa registraron un acumulado de 344 milímetros, seguidas por Chovet con 290 mm, Godeken con 288 mm y Pergamino con 286 mm. Aunque esta abundancia hídrica podría parecer beneficiosa inicialmente, ha generado un escenario de vulnerabilidad particular en la región, que tradicionalmente tiene un invierno seco y depende de las lluvias de otoño y primavera para recargar los perfiles de los suelos.

Con el 83% de la región con suelos saturados, el campo se enfrenta al inicio de los meses más lluviosos del año, donde las precipitaciones promedian de 30 a 75 mm en septiembre, y superan los 100 mm en octubre, noviembre y diciembre. Esta combinación de factores genera incertidumbre y eleva los riesgos para diversas labores agrícolas, como la siembra temprana de maíz y el control de enfermedades en los cultivos de trigo.

Las áreas menos afectadas se ubican hacia el oeste de la región, donde se caracterizan por menores lluvias anuales y una gran capacidad de drenaje. Sin embargo, hacia el este, muchas zonas que ya venían con perfiles saturados han visto un aumento significativo de las superficies anegadas. La situación más crítica se concentra de Junín hacia el sur, donde se prevé que parte de la superficie de maíz deba reprogramarse hacia siembras tardías o incluso cambiar a soja.

A pesar de los desafíos, se observan posibilidades de un alto techo productivo en gran parte de los lotes, especialmente en el sudeste de Córdoba y el centro-sur de Santa Fe, donde se estima que los rindes podrían alcanzar hasta 60 quintales por hectárea, siempre que no haya heladas tardías. Sin embargo, los excesos de humedad también traen consigo secuelas, como el aumento de la presión de enfermedades en el trigo y la falta de piso para el ingreso de maquinaria.

En cuanto al maíz, los excesos de agua están retrasando el inicio de la siembra, obligando a esperar entre 5 a 10 días para que los productores puedan volver a los lotes. Existe preocupación por perder fechas óptimas si septiembre trae más lluvias, aunque se están evaluando esquemas divididos para retomar posteriormente en los bajos.

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