El Senado de la Nación aprobó, con 56 votos a favor, ocho en contra y dos abstenciones, un proyecto que modifica el régimen de decretos de necesidad y urgencia (DNU). La iniciativa, impulsada por bloques opositores y respaldada por el kirchnerismo, busca limitar el uso de esta herramienta por parte del Poder Ejecutivo.
La reforma establece que los DNU deberán ser tratados por ambas cámaras dentro de un plazo máximo de 90 días desde su publicación en el Boletín Oficial. Cada cámara deberá comunicar a la otra cualquier decisión en un plazo de 48 horas hábiles, garantizando así un control recíproco sobre los decretos.
Entre las restricciones, se indica que cada DNU deberá tratar una única materia y solo podrá aplicarse durante el receso parlamentario. Si una cámara rechaza un decreto, este quedará sin efecto, y el Ejecutivo no podrá dictar otro sobre la misma temática durante el año en curso.
El proyecto también se aplicará a los DNU y decretos delegados recientemente anulados por el Congreso, buscando proteger los derechos de los afectados por estas medidas. La votación evidenció fracturas internas, ya que el bloque libertario se opuso en su totalidad, mientras que algunos senadores de la UCR y el PRO se ausentaron o se sumaron al rechazo.
Desde el oficialismo, se defendió el uso de los DNU, argumentando que los gobiernos en minoría también tienen derecho a utilizarlos. La media sanción del proyecto será debatida en la Cámara de Diputados, donde se determinará si se convierte en ley y limita formalmente uno de los mecanismos más utilizados por el actual gobierno.
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