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Cómo diseñar un jardín que casi se cuida solo

Existen jardines que requieren de cuidados constantes, como riego programado, control de plagas y poda regular. Sin embargo, también hay jardines que prosperan de manera natural, floreciendo a su propio ritmo y resistiendo condiciones adversas. Estos jardines pueden incluso mejorar con el abandono.

Este artículo propone un enfoque botánico para quienes desean un espacio verde sin complicaciones. Algunos lo denominan diseño resiliente o paisajismo de baja demanda, donde la clave es delegar el cuidado a la naturaleza.

Las plantas suculentas son las protagonistas de este tipo de jardines, no solo por su estética, sino por su capacidad para sobrevivir en condiciones difíciles. Especies como Sedum rubrotinctum y Kalanchoe daigremontiana son ejemplos de plantas que cierran sus estomas durante el día para conservar agua.

Este enfoque se centra en especies que no solo sobreviven, sino que también se adaptan a su entorno, como el Aloe arborescens y el Agave americana, que actúan como reservas de agua y repelentes naturales.

Instinto de supervivencia

Al elegir plantas para un jardín de bajo mantenimiento, es fundamental considerar aquellas que tengan un fuerte instinto de supervivencia, capaces de resistir condiciones climáticas adversas y plagas.

Por ejemplo, la Lantana camara se defiende gracias a compuestos en su follaje que desagradan a muchos herbívoros. Igualmente, Ruta chalepensis atrae polinizadores y aromatiza el ambiente.

El diseño de un jardín que no requiere atención constante implica seleccionar plantas que se nutran de lo que el entorno les ofrece, en lugar de forzarlas a crecer en condiciones poco adecuadas.

Un jardín sin intervención humana debe contar con una estructura que permita la diversidad, lo que genera estabilidad. Esto se logra combinando diferentes especies que se complementen entre sí y que se multipliquen de manera autónoma.

En conclusión, un jardín de bajo mantenimiento se basa en el respeto por las plantas y su capacidad de adaptación, buscando un equilibrio natural que permita a la flora prosperar sin la intervención constante del ser humano.

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