Elena, una alumna de una autoescuela en Aluche, Madrid, expresó su frustración ante la interminable lista de espera para el examen práctico de conducir. A pesar de haber aprobado el examen teórico en marzo, tuvo que esperar hasta agosto para comenzar las prácticas debido a la saturación en las autoescuelas, una situación que afecta a miles de estudiantes en España.
Elena, de 19 años, busca obtener su licencia para disfrutar de la libertad que brinda un coche. Sin embargo, su experiencia refleja un problema más amplio, ya que muchos aspirantes se ven obligados a esperar meses para poder presentarse al examen. Las autoescuelas informan que esta situación se repite en grandes ciudades como Valencia, Barcelona y Bilbao, donde la falta de examinadores agrava el problema.
Autoescuelas en crisis
Desde 2017, los examinadores de la DGT han estado en huelga demandando mejoras laborales, lo que llevó a que 100,000 aspirantes quedaran sin poder realizar su examen. A pesar de que la DGT afirma que el 97% de los puestos están ocupados y que se han incorporado 732 examinadores desde entonces, las autoescuelas consideran que el número sigue siendo insuficiente.
Javier L. Tejedor, de Autoescuela Lara, destacó que los examinadores deben tomar vacaciones antes de febrero, lo que deja meses con escasos recursos. Además, el 46% de los alumnos no supera el primer examen, lo que contribuye a la acumulación de solicitudes y a la prolongación de los tiempos de espera.
David Corella, de Corella Autoescoles, también señaló que la situación es insostenible, con cerca de 19,000 alumnos esperando. A pesar de que la DGT sostiene que hay plazas vacías, los datos de saturación en las jefaturas de tráfico son evidentes, y muchos alumnos se ven forzados a esperar más de cinco meses para realizar sus prácticas.
La DGT, por su parte, defiende que estos tiempos de espera no reflejan la realidad de la demanda de exámenes, aludiendo a que no todos los estudiantes están listos para presentarse. Sin embargo, las autoescuelas argumentan que la falta de examinadores y la baja capacidad para cubrir ausencias están llevando a un colapso en el sistema.
Este conflicto entre las autoescuelas y la DGT plantea un futuro incierto para los aspirantes a conductores, quienes enfrentan una espera prolongada que podría desmotivarlos a continuar con el proceso de obtención de su licencia.
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