La activista feminista y LGTBIQ+ Ibtissam Betty Lachgar ha sido condenada a 30 meses de prisión por blasfemia en Marruecos. La sentencia se dictó durante un juicio que se llevó a cabo el miércoles, donde se exploraron los límites de la libertad de expresión en el país. Lachgar, de 50 años y enferma de cáncer, fue detenida a principios de agosto tras la difusión en redes sociales de una imagen en la que portaba una camiseta con el lema “Alá es lesbiana”.
El Tribunal de Primera Instancia de Rabat interrogó a la acusada durante más de una hora. Tras más de seis horas de deliberaciones, fue sentenciada a dos años y medio de prisión, además de una multa de 50.000 dirhams (aproximadamente 4.700 euros) por “atentar contra la religión islámica” y difundirlo a través de “medios electrónicos”.
Lachgar se declaró inocente, argumentando que no tuvo intención de ofender al islam y que su mensaje era parte de una acción feminista internacional. Su defensa alegó que la fotografía fue tomada en Londres y que su intención era abrir un debate sobre la ideología patriarcal, no atacar la religión.
Los abogados de Lachgar solicitaron su absolución o, en su defecto, la aplicación de penas alternativas sin ingreso en prisión, considerando su estado de salud. También pidieron que se persiguiera a quienes la amenazaron de muerte en redes sociales. Actualmente, Lachgar se encuentra en una celda de aislamiento y ha estado recibiendo tratamiento oncológico durante varios años.
La defensa también ha denunciado que la activista ha sido recluida sin poder relacionarse con otras presas, lo que ha afectado su salud mental. Hakim Sikuk, presidente de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, condenó el veredicto y anunció que se apelará la sentencia. Este caso ha generado protestas internacionales, incluyendo manifestaciones en varias ciudades de España.
Fractura en la sociedad
El juicio refleja la división en la sociedad marroquí, donde los “actos de desviación” por relaciones homosexuales pueden ser castigados con hasta tres años de cárcel. A pesar de esto, la diversidad sexual es evidente en las grandes ciudades. Lachgar, fundadora del Movimiento Alternativo para las Libertades Individuales, ha enfrentado una fuerte oposición de sectores conservadores y religiosos, recibiendo amenazas de muerte por sus opiniones.
La activista ha estado involucrada en polémicas previas, incluida la organización de un beso colectivo en 2013. Su caso pone de manifiesto las tensiones entre la conservadora tradición marroquí y las demandas de derechos y libertades individuales.
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