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Mario Pergolini y Dolores Galán: un amor que perdura tras 35 años

Mario Pergolini conoció a su esposa, Dolores Galán, mientras comenzaba su carrera en la radio Rock & Pop y en televisión. Él tenía 26 años y ella, 18, iniciaba sus estudios en psicología. Se conocieron en una reunión de amigos y, tras hablar toda la noche, Pergolini la invitó a salir. Desde entonces han pasado 35 años; se casaron en 1990 y tienen tres hijos: Tomás, Matías y Valentina.

Mario ha compartido que, al principio, nadie apostaba por su relación: “Parecía que veníamos de mundos diferentes, ella hija de médicos, estudiante de psicología, y yo con una vida un poco más desordenada. Cuando uno se casa piensa que es para toda la vida, pero no sé si es tan consciente de que puede ser para toda la vida”, comentó en Puro Show, en eltrece. A lo largo de los años, ambos han cambiado y han trabajado en su relación, que han construido juntos.

A pesar de la popularidad de Pergolini, él ha mantenido su vida privada alejada de la pública: “Nos casamos muy jóvenes. Ella vivió conmigo La TV Ataca, Hacelo por mí, CQC. No es lo mismo la pareja de los 20 años sin hijos que estar ahora con los chicos adultos y nosotros viviendo solos, volviéndonos a encontrar después de todo eso”, explicó.

Además, reflexionó sobre el paso del tiempo en el amor: “Son construcciones. No es que esto pasó en un día o en dos días. Ni fueron todos los años espectaculares, ni todos malos. Es una vida. Lola es psicóloga y creo que su rol fue clave para mantener un equilibrio familiar. Fue una muy buena madre que supo contenernos a todos y ayudó a llevar adelante la familia.”

La pareja ha decidido proteger su vida familiar y ha mantenido a sus hijos alejados de la exposición mediática, eligiendo colegios que les brinden una educación equilibrada: “Mis hijos entendieron rápidamente que una cosa es lo que se ve y otra lo que tiene que ser. La familia se cuida de distintas maneras. Es un compromiso que se renueva”, afirmó.

Casados con hijos

Pergolini también habló sobre cómo la dinámica familiar ha cambiado ahora que sus hijos se han independizado. “Estamos transitando esto del famoso nido vacío. Supongo que a Lola le cuesta un poco más. Pero los hemos educado muy libres y siempre entendimos que los hijos no son posesiones; no son para nosotros”, expresó.

El conductor ha destacado que su relación con sus hijos ha evolucionado: “Con Tomás, el mayor, ya ni somos padre e hijo. No es que somos amigos, porque no lo somos ni lo vamos a ser nunca, pero es una relación diferente que seguimos construyendo”.

En una reciente entrevista, Mario afirmó: “No existen 35 años lineales de una relación; se pasan por distintos momentos. Los hijos distraen. Hemos armado el combo completo, con sus mejores y sus peores momentos, y tuvimos un buen objetivo en lo relacionado con la mirada de familia”.

Dolores, con su carrera y éxito profesional, ha sido un apoyo fundamental para él: “Me he comido el cuento de ser conocido; era difícil que no fuese así. Entonces estaba bueno que alguien me dijera ‘estrella, pará un poco, vamos a criar a nuestros hijos en un mundo normal’”.

La pareja ha fomentado la independencia y el desarrollo profesional de sus hijos, quienes han seguido sus propios caminos en la música, la psicología y la actuación. “Mi papá nos alienta a hacer lo que nos gusta, pero a formarnos en eso”, decía Valentina, quien debutó recientemente en un teatro.

Pergolini ha reflexionado sobre su rol como padre, reconociendo que cada uno de sus hijos ha sido una etapa diferente en su vida: “Con el primero sos más estricto, tenés más miedos. Con el segundo más permisivo, más tolerante. Al tercero llegás con más experiencia, pero también más cansado”.

Finalmente, Mario destacó la importancia de la comunicación en su relación con Dolores y la necesidad de cuidar su salud mental, volviendo a terapia por recomendación de su esposa. “Hacer terapia es sano; se lo recomiendo a todo el mundo, es bueno tener una visión más clara de uno mismo”, concluyó.

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