El Spagnuologate debe su nombre al abogado que inició su trayectoria en discapacidad al asumir como máxima autoridad de la agencia estatal correspondiente.
“Gate” proviene del complejo de edificios Watergate en Washington, que fue el epicentro del escándalo político de espionaje más famoso de la historia. Una de las oficinas allí fue asaltada el 17 de junio de 1972 por espías contratados por el gobierno de Richard Nixon, cuyo objetivo nunca quedó claro.
Los escándalos públicos con impacto político se han vinculado al sufijo “gate” desde que Nixon, ante la investigación de Bob Woodward y Carl Bernstein, intentó encubrir el hecho con la ayuda de la CIA y el FBI, lo que finalmente le costó la presidencia.
Milei no es el primer presidente que se encuentra en silencio ante un escándalo inesperado; los Kirchner también enfrentaron un episodio similar en 2007 con el “valijagate”, donde se descubrió una valija con 790.450 dólares que se intentaba ingresar al país.
La narrativa de espionaje ha sido una constante en el cine, siendo Watergate una fuente de inspiración. La película de Alan Pakula, Todos los hombres del presidente, basada en el libro de Woodward y Bernstein, marcó a los actores Robert Redford y Dustin Hoffman. Aunque hoy el título podría considerarse inapropiado, refleja el involucramiento de los entornos cercanos a los presidentes en escándalos políticos.
Una solución al problema podría ser prohibir la difusión de un audio no verificado que no se sabe quién grabó. Sin embargo, esto parece poco probable.
El caso Watergate reveló que Nixon había grabado conversaciones en la Casa Blanca, lo que lo incriminó y llevó a su renuncia. En contraste, en el caso argentino, no se conoce quién grabó a la hermana del presidente.
En 1971, el coronel Alexander Butterfield colocó micrófonos en el Salón Oval a instancias de Nixon, quien no imaginaba que estos serían utilizados en su contra. La revelación de estas grabaciones fue un punto clave en el escándalo que llevó a su renuncia.
A pesar de que solo 200 de las 3700 horas de grabación estaban relacionadas con Watergate, estas demostraron la complicidad de Nixon en el encubrimiento, lo que llevó a su partido a retirarle el apoyo.
La película Frost/Nixon también destaca en la filmografía sobre Watergate, donde Nixon admite que como presidente se puede colocar por encima de la ley.
El escándalo de Watergate, que comenzó por un simple robo, se transformó en un complejo entramado de espionaje y encubrimiento, reflejando la fragilidad de la política en momentos de crisis.
El caso actual en Argentina, con sus propias intrigas y acusaciones, podría ser un nuevo capítulo en la historia de los escándalos políticos, con un trasfondo de lealtades y traiciones.
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