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Incidente de avión de Von der Leyen revela vulnerabilidades en Europa

Los aviones, al igual que los móviles y coches, utilizan satélites para determinar su ubicación. Estas señales, integradas en el sistema de gestión de vuelo (FMS), mejoran la precisión y eficiencia de las trayectorias aéreas. Sin embargo, este sistema no es infalible: en situaciones de interferencia, los pilotos deben recurrir a métodos tradicionales como sistemas inerciales, radioayudas terrestres o mapas de papel.

En tiempos de conflicto, estos contratiempos se han vuelto más frecuentes, especialmente en áreas cercanas a conflictos activos. El reciente vuelo de Ursula von der Leyen a Bulgaria ha puesto de relieve que incluso los sistemas más avanzados pueden fallar, lo que lleva a Europa a reforzar sus defensas.

Cuando el sistema GNSS de un avión da problemas

El término “GPS” es comúnmente utilizado, pero el sistema técnico correcto es GNSS (Global Navigation Satellite System), que incluye varias constelaciones como el GPS estadounidense, Galileo europeo, GLONASS ruso y BeiDou chino. Los receptores modernos en aviación pueden combinar señales de diferentes redes para mejorar la fiabilidad, permitiendo a las aeronaves planificar rutas más eficientes y aterrizar con precisión en aeropuertos donde antes era complicado.

El incidente con el avión de Ursula von der Leyen ilustra lo que sucede cuando esta red falla. La Comisión Europea confirmó que su vuelo experimentó una interrupción de la señal satelital el 31 de agosto de 2025, mientras se aproximaba a Plovdiv, Bulgaria. Los pilotos completaron el aterrizaje utilizando cartas impresas y métodos de navegación tradicionales. Bulgaria explicó que “la señal satelital que transmitía información al sistema GNSS del avión fue neutralizada”, y se sospecha de “interferencia flagrante” por parte de Rusia, aunque Moscú lo niega.

Cuando un avión pierde GNSS, la redundancia en los sistemas permite que continúe volando. Además de las señales satelitales, se utilizan sistemas inerciales que calculan la posición mediante acelerómetros y giróscopos, así como radioayudas en tierra. En Europa, la red Galileo colabora con EGNOS, un sistema que corrige errores y permite operaciones de precisión. Esta infraestructura tecnológica complica el vuelo en caso de pérdida de GNSS, pero reduce los riesgos.

Las interferencias pueden clasificarse en dos tipos: jamming, que bloquea señales, y spoofing, que introduce información falsa. Para los pilotos, ambos fenómenos pueden resultar en cambios de trayectoria y aumento de carga de trabajo. Aunque el vuelo de von der Leyen terminó sin incidentes graves, el suceso subraya que los cielos se han vuelto más complejos debido a estas amenazas.

Un caso similar ocurrió en marzo de 2024, cuando el avión de la Royal Air Force que transportaba al secretario de Defensa del Reino Unido, Grant Shapps, sufrió interferencias durante varios minutos cerca de Kaliningrado, Rusia. Los pilotos debieron utilizar métodos alternativos de navegación, y el Kremlin no comentó sobre el incidente, que fue visto como una demostración de las capacidades de guerra electrónica de Rusia.

Bulgaria y la Comisión Europea apuntan a Rusia como posible responsable de la interferencia sufrida por el Dassault Falcon 900LX que trasladaba a Ursula von der Leyen. Este vuelo chárter operado por Luxaviation Belgium no contaba con una flota oficial propia de las instituciones comunitarias, y no hay pruebas concluyentes que confirmen una acción deliberada. Moscú ha negado cualquier implicación.

La pérdida de señal GNSS en vuelo puede ser peligrosa, aunque los sistemas redundantes y los procedimientos de emergencia reducen significativamente el riesgo de accidentes. La EASA advierte que las interferencias GNSS pueden afectar funciones de comunicación y navegación, así como provocar falsas alertas en el sistema de alerta de terreno. Cada alarma adicional en cabina representa más carga de trabajo para la tripulación, que debe actuar rápidamente para asegurar la seguridad del vuelo.

Airbus explica que al perder la señal GNSS, la aeronave mantiene su capacidad de navegación principal mediante el uso de datos de otras fuentes. No obstante, algunas funciones de alta precisión que dependen exclusivamente del GNSS pueden verse temporalmente afectadas.

En respuesta a estos incidentes, el comisario europeo de Defensa, Andrius Kubilius, anunció que la Unión Europea planea reforzar su red de satélites en órbita baja para mejorar la detección de interferencias. Galileo ya ofrece un servicio que autentica mensajes de navegación y ayuda a mitigar intentos de suplantación de señal.

El avión de Ursula von der Leyen aterrizó sin incidentes graves, pero el mensaje es claro: sin navegación satelital, la aviación moderna pierde una pieza clave. Europa trabaja para fortalecer esta infraestructura, tanto tecnológica como defensivamente, con el objetivo de que lo sucedido en Bulgaria sea un episodio aislado en una guerra tecnológica que se libra en el espacio y el ciberespacio.

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