Una jueza federal estadounidense ha suspendido temporalmente la deportación de varios centenares de niños guatemaltecos. La orden se emitió casi en el último momento, cuando un grupo de menores ya se encontraba a bordo de aviones listos para ser transportados desde Texas a su país de origen. La decisión de la magistrada Sparkle Sooknanan fue tomada en respuesta a una demanda presentada por los abogados de los niños, quienes argumentan que la expulsión violaría las leyes estadounidenses y pondría en peligro a menores vulnerables al regresar a Guatemala.
La orden de la jueza, que estará vigente durante los próximos 14 días, representa un revés para la política migratoria de la Administración de Donald Trump. El viernes, otra magistrada federal, Jia Cobb, bloqueó la ampliación de la política de expulsiones rápidas que el republicano había ordenado tras su regreso al poder en enero. Cobb consideró que dicha ampliación podría deportar a personas con derecho a permanecer en EE UU y violar el derecho a un juicio justo consagrado por la Constitución. Horas antes, otro tribunal había detenido la eliminación del estatus de protección temporal para los venezolanos, que protegía a cientos de miles de personas de la deportación.
En el caso que originó la orden de la magistrada Sooknanan, los abogados presentaron la demanda en nombre de diez niños menores de 16 años. Sin embargo, la jueza indicó que su veto, que es temporal mientras los tribunales deciden sobre la pertinencia de la deportación, debe aplicarse a todos los niños guatemaltecos que lleguen a EE UU sin sus padres o tutores y bajo custodia de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados. “No quiero que haya ninguna ambigüedad”, enfatizó, “no se puede expulsar a ningún niño” mientras se examina el caso. Cerca de 2,000 niños guatemaltecos se encuentran en albergues de acogida en todo el país.
Durante la audiencia convocada de urgencia, Sooknanan reveló que recibió una llamada a las 2:32 de la mañana para notificarle que los menores estaban a punto de ser expulsados a Guatemala. “Tengo al Gobierno intentando deportar de este país a menores no acompañados en plena madrugada de un fin de semana de puente, lo que resulta sorprendente. Pero así están las cosas”, declaró. El lunes es festivo en EE UU.
La jueza también solicitó al Gobierno que presente pruebas de que, como afirma, devuelve a los niños porque han sido reclamados por sus familiares en Guatemala. “Eso es lo que me han dicho”, respondió el fiscal del Departamento de Justicia Drew Ensign. Los abogados de los menores rechazan esa afirmación y argumentan que, incluso si fuera cierta, la Administración debería seguir un proceso legal que no ha cumplido. Al ser expulsados, sostienen, no se les garantiza el derecho constitucional a un juicio justo, ya que no tendrían la oportunidad de solicitar asilo o que su situación sea revisada en un tribunal de inmigración. Muchos de ellos tienen casos pendientes en esos tribunales, destacan los letrados.
Los niños no acompañados que llegan a EE UU y son interceptados cerca de la frontera quedan bajo la custodia de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados y son trasladados a un albergue o a una familia de acogida, mientras un patrocinador que ya se encuentre en EE UU, generalmente un familiar, se hace cargo de ellos.
En este caso, los niños que el Gobierno intentaba deportar se encontraban en albergues, esperando pasar a la custodia de un patrocinador. La demanda, presentada por el Centro Nacional de Derecho Migratorio y el Centro Young para los Derechos de los Niños Inmigrantes, sostiene que la Administración los está transfiriendo de manera ilegal a la custodia de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE) para enviarlos en aviones a Guatemala, donde podrían enfrentar abuso, persecución, tortura o negligencia.
La demanda discutida en el tribunal federal es similar a otras presentadas en distintos lugares del país, desde Arizona hasta Illinois, para bloquear las deportaciones de menores no acompañados.
Una carta enviada el viernes por el senador Ron Wyden, de Oregon, indicaba que la Administración Trump pretendía deportar a cerca de 700 menores no acompañados guatemaltecos. El Gobierno de Guatemala ha manifestado su disposición a admitirlos.
Los casos de menores no acompañados son especialmente delicados dentro de la política de inmigración de la Administración Trump, ya que tienen derecho a protecciones especiales que los adultos no reciben automáticamente.
En la última década, cientos de miles de niños, la mayoría procedentes de países de Centroamérica, han cruzado la frontera sur para ingresar a EE UU, muchos de ellos con el objetivo de reunirse con familiares o amigos. Buena parte ha obtenido el derecho a permanecer en el país tras demostrar que fueron abandonados o que corrían riesgo de persecución en sus países de origen.
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