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Hombre vive en un avión abandonado y comparte su experiencia

Bruce Campbell, de 73 años, ha transformado un avión Boeing 727 en su hogar en un bosque de Oregón, Estados Unidos. Esta inusual elección de vivienda ha despertado la curiosidad de muchos, quienes buscan conocer su historia.

Un sueño de juventud

A los 15 años, Bruce Campbell vio en la televisión un cementerio de aviones, un momento que marcaría su futuro. Fascinado por las aeronaves abandonadas, decidió que algún día viviría en un avión.

Medio siglo después, ese sueño se ha hecho realidad. Campbell vive en un Boeing 727 en Hillsboro, un suburbio de Portland, Oregón. Su historia es la de alguien que ha optado por un estilo de vida fuera de lo común.

La adquisición del avión

A principios de los años 70, Campbell compró un terreno de casi cuatro hectáreas por unos 25,800 dólares. Aunque en ese momento no sabía cómo llevaría a cabo su idea de vivir en una aeronave, plantó la semilla de su sueño.

En 1999, decidió avanzar con su proyecto y contrató a una empresa de salvamento para encontrar el avión adecuado. Sin embargo, más tarde se arrepentiría de esta decisión, señalando que las compañías de salvamento eran problemáticas.

El Boeing 727

Finalmente, la empresa encontró un Boeing 727 de 100 metros cuadrados, originalmente diseñado para 200 pasajeros y que había pertenecido a la aerolínea griega Olympic Airways. Este avión fue utilizado en 1975 para transportar los restos de Aristóteles Onassis, el magnate naviero greco-argentino.

Campbell pagó 100,000 dólares por el avión, que fue trasladado desde Grecia a Oregón. Para moverlo, fue necesario desmontar las alas y la cola, lo que sumó otros 120,000 dólares al presupuesto. Esta tarea compleja incluyó la eliminación de los motores, transformando la aeronave en una vivienda estática.

La vida en el avión

Hoy, Bruce vive en el fuselaje del avión, rodeado de árboles y lejos del bullicio urbano. El interior ha sido acondicionado de manera funcional, conservando la estructura principal, incluyendo la cabina de mando y algunos compartimentos originales. Tiene una cama tipo futón, un banco de trabajo, una ducha improvisada y una pequeña cocina con microondas y horno tostador.

Sus gastos mensuales rondan los 370 dólares, cubriendo impuestos y consumo eléctrico. Al ser propietario del terreno, no paga alquiler. Su estilo de vida es austero, buscando vivir de forma eficiente y sustentable.

Inspirando a otros

En su tiempo libre, Campbell repara antiguos sistemas informáticos y recibe visitas, convirtiendo su hogar en una atracción para quienes desean conocer su historia. Documenta todo el proceso de compra y transformación del avión en un sitio web personal, con la intención de inspirar a otros a considerar alternativas habitacionales reutilizando aviones fuera de servicio.

“Es una experiencia increíble. Vivir en un avión es genial”, concluye Campbell.

Fuente original: ver aquí