¿Puede el crimen ser amable? En la vida real, no. Pero en la ficción, no solo es posible, sino que también es la idea base de todo un subgénero del policial clásico, que tiene mucho éxito en la literatura, el cine y las series.
Conocido como cozy mystery (que se podría traducir como “misterio acogedor”), este tipo de historias de misterio se caracterizan por centrarse en la resolución de un crimen, pero con un tono ligero, evitando la representación gráfica de la violencia y el sexo, además de tener otras características propias. En ese sentido, dentro del género policial, se ubican del otro lado del espectro de la novela negra y el film noir.
Uno de los más recientes estrenos dentro de este tipo de ficciones es El club del crimen de los jueves, la nueva película de Netflix, dirigida por Chris Columbus y protagonizada por Helen Mirren, Pierce Brosnan, Ben Kingsley y Celia Imrie. El film, que está basado en la exitosa novela homónima de Richard Osman, es una comedia negra de suspenso, en la que un grupo de jubilados que viven en un hogar para ancianos, unen fuerzas para resolver un asesinato.
El club del crimen de los jueves es el ejemplo más reciente de una tendencia narrativa que tuvo cierto crecimiento en el cine y las series, en especial a partir del estreno del film Entre navajas y secretos, de Rian Johnson, centrada en historias de crimen de tono amable, con la violencia fuera de plano y personajes que muchas veces no son detectives profesionales, moviéndose en escenarios con belleza natural o arquitectónica.
Este subgénero no es una novedad. De alguna manera, existe desde los comienzos del policial clásico inglés, pero su calificación como cozy mystery surgió a fines del siglo XX. Se puede considerar dentro de esta tipología a cierta parte de la obra de Agatha Christie y sus múltiples adaptaciones al cine y la televisión, por ejemplo, aquellas que tienen como protagonista a Miss Marple.
El carácter amateur de la actividad detectivesca, que se puede observar en ese personaje creado por Christie, es una de las claves de estos misterios de tono amable. Parte de su encanto deriva de la sensación de que el espectador podría resolver el crimen, tan bien como su protagonista.
Uno de los grandes ejemplos del subgénero en la televisión es La reportera del crimen, la serie en la que Angela Lansbury interpretaba a Jessica Fletcher, una escritora de libros de misterio, que vivía en Cabot Cove, un pueblito de ensueño en la costa de Maine. La belleza y calma del lugar eran solo aparentes; a juzgar por la cantidad de homicidios que tenían lugar allí, el pueblo ficticio parecía más peligroso que Nueva York, a principios de los 80.
No hay que buscarle lógica, el cozy mystery es así. La reportera del crimen, que se emitió durante 12 temporadas, entre 1984 y 1996, es uno de sus ejemplos televisivos más felices.
En julio de este año, Jamie Lee Curtis confirmó que está involucrada en una remake de La reportera del crimen, en formato de largometraje. La actriz interpretará el papel que Lansbury hizo famoso.
Jessica Fletcher es una heroína inteligente y carismática, una mujer de cierta edad, a la que muchos subestiman, pero siempre tiene la solución para el crimen. Además, cuenta con la ayuda de varios amigos, entre ellos, el sheriff local, dándole un sentido comunitario a la resolución de crímenes, que es otra de las características de este subgénero.
El trabajo detectivesco colectivo es también el que empuja la trama de Only Murders in the Building, la exitosa serie de Disney+, cuya quinta temporada llegará el 9 de septiembre. Al comienzo de la serie, los vecinos interpretados por Steve Martin, Martin Short y Selena Gómez se unen por su pasión por los podcasts de true crime, en los que se analizan crímenes reales, y encuentran la oportunidad de hacer el suyo propio, cuando un asesinato tiene lugar en el histórico edificio Arconia.
Tras el éxito de esa primera temporada, el edificio se volvió tan peligroso como el pueblo de La reportera del crimen, con asesinatos y secretos múltiples; además de excelentes personajes secundarios, interpretados por actores como Meryl Streep, Tina Fey, Nathan Lane y Paul Rudd. En la nueva temporada, se sumarán al elenco Téa Leoni, Keegan-Michael Key, Renée Zellweger y Christoph Waltz.
Uno de los aciertos de Only Murders in the Building es el equilibrio en el tono, que logra ser humorístico y divertido, sin esquivar el peso que tiene una historia en la que hay tantas muertes violentas. El nivel de precisión y talento que hay tanto en el guion como en las actuaciones, permite que la serie tenga todos los elementos que hacen que el cozy mystery se disfrute tanto, sin ser superficial.
No es casualidad que tanto El club del crimen de los jueves, como La reportera del crimen y Only Murders in the Building tengan protagonistas de la tercera edad, involucrados en tareas detectivescas. Esa franja etaria suele interesarse por el subgénero del cozy mystery, estableciéndose una relación de identificación entre el espectador/lector y los protagonistas, que utilizan su inteligencia y experiencia de vida para resolver crímenes.
Otro ejemplo del subgénero, A Man on the Inside, también tiene a un hombre mayor, interpretado por Ted Danson, como un espía amateur que se infiltra en un hogar para ancianos, con el objetivo de resolver un posible robo. La serie, que se puede ver en Netflix, está inspirada en El agente topo, el documental chileno, dirigido por Maite Alberdi, que estuvo nominado al Oscar como Mejor Documental en 2021.
La curiosa premisa del documental fue adaptada a una serie de ficción por Michael Schur, quien tiene una extensa carrera como guionista y productor de comedias. La segunda temporada de A Man on the Inside tiene fecha de estreno para noviembre próximo. Como sucede en los otros ejemplos, en esta serie también hay un equilibrio entre el humor y elementos más dramáticos o emotivos.
La televisión británica, siguiendo la tradición literaria, se destaca en la producción de series policiales, incluidas algunas historias que entran dentro de este subgénero. Vera es una de las mejores de este tipo. Basada en las novelas de Ann Cleeves, tiene como protagonista a Brenda Blethyn, quien interpreta a la inteligente detective en jefe Vera Stanhope.
La gracia del cozy mystery está en que la resolución del crimen es tan importante como el desarrollo de los personajes y lo divertido que puede resultar el proceso de armar ese rompecabezas. Las mejores narrativas de este subgénero dejan una sensación placentera, pero honran también el dolor que provocan los crímenes.
No es extraño que en plena era de fascinación por la crudeza, realismo y morbo del true crime, tantos lectores y espectadores se refugien en este tipo de historias y se vuelquen al costado más amable del crimen. Ese que solo puede existir en la ficción.
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