Ucrania enfrenta una nueva ola de ataques. En la noche del jueves al viernes, drones rusos mataron a cinco personas en varias regiones del país. Este ataque se produce tras el bombardeo de Kiev en la madrugada del miércoles al jueves, que dejó al menos 23 civiles muertos. La situación es especialmente trágica, ya que este viernes se conmemora el día del defensor caído, homenaje a las tropas que han perdido la vida a manos rusas desde 2014. La guerra en Ucrania ha alcanzado ya 11 años.
La fuerza aérea ucraniana informó que logró derribar 46 de los 68 drones lanzados por Rusia. Estos drones, del tipo Shahed de diseño iraní, incluían varios señuelos para confundir las defensas antiaéreas.
No todos los proyectiles fueron interceptados. En la provincia de Dnipropetrovsk, las bombas rusas causaron la muerte de un hombre y una mujer, y dejaron a tres civiles heridos: dos hombres de 46 y 69 años, y una mujer de 50. El ataque también dañó varias viviendas y una gasolinera. El gobernador de la región, Serhii Lisak, expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas.
En la provincia de Jersón, el gobernador Oleksandr Prokudin reportó dos muertes y nueve heridos como resultado de la agresión rusa. Los bombardeos alcanzaron 35 localidades, incluyendo el centro de la capital provincial, y causaron daños a un edificio de varios pisos y siete viviendas particulares.
En Kupiansk, en la región fronteriza de Járkov, otro ataque dejó un saldo de un hombre de 33 años muerto y tres civiles heridos. El gobernador de la provincia, Oleh Siniehubov, informó que cinco asentamientos fueron atacados en el último día.
Un ataque en la provincia de Sumi hirió a dos mujeres nacidas en 1956 y 1967. Esta provincia, fronteriza con la región rusa de Kursk, ha sido un foco de tensión, registrando 136 ataques en 24 horas contra 39 asentamientos. La alarma antiaérea estuvo activa durante más de 17 horas en el último día.
Otros ataques rusos también causaron heridos en las zonas controladas por Ucrania en las provincias de Donetsk y Zaporiyia, incluyendo a un bebé de un año.
Más de una década de guerra
Kiev continúa conmocionada por el bombardeo del jueves. Además de los 23 fallecidos, el presidente ucranio Volodímir Zelenski indicó que el destino de ocho personas más es desconocido y que 53 resultaron heridas.
“Rusia debe rendir cuentas por este y otros ataques contra nuestro Estado y nuestro pueblo”, afirmó Zelenski, subrayando la necesidad de sanciones y medidas enérgicas para que los responsables no queden impunes.
Los recientes bombardeos han llevado a la Unión Europea a considerar nuevas sanciones, mientras los ministros de Defensa y Exteriores europeos se reúnen en Copenhague para discutir el tema.
La oleada de ataques de este viernes coincide con el día de los defensores caídos, que recuerda la tragedia de Ilovaisk en 2014, donde un millar de soldados ucranianos fueron rodeados y sufrieron grandes pérdidas. El ministro de Defensa ucranio, Denys Shmihal, destacó el sacrificio de aquellos soldados, considerándolos héroes que detuvieron al enemigo desde el inicio de la agresión rusa.
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