En vida, Pedro de Luna y Gotor (1328-1423), conocido como Benedicto XIII o Papa Luna, fue una figura fascinante y controvertida. Su vida, marcada por la controversia, ha llevado a que su calavera protagonice una historia digna de un thriller, enfrentando a dos pueblos que desde hace años mantienen un pulso legal para aclarar quién debe acoger la reliquia.
¿Qué ha pasado? A pesar de haber fallecido hace más de 600 años, el Papa Luna está en el centro de una disputa legal entre las localidades aragonesas de Illueca y Sabiñán. Ambas localidades, separadas por 15 minutos en coche y con una población que no supera los 3.500 habitantes, reclaman ser el lugar de descanso legítimo de los restos del “antipapa”.
¿Por qué es noticia? El conflicto entre Illueca y Sabiñán por el cráneo de Papa Luna no es nuevo. Ambas localidades han estado batallando durante años para determinar cuál de las dos tiene más derecho a ser el lugar de descanso de la calavera, lo que llevó en 2023 al Tribunal Superior de Justicia de Aragón a fallar a favor del Consistorio de Sabiñán.
Recientemente, el Ayuntamiento de Illueca ha decidido no rendirse y ha contratado a un abogado para reabrir el proceso. Se planea presentar una nueva demanda en septiembre, buscando reactivar el caso.
¿Qué argumenta? La justicia aragonesa determinó hace más de dos años que la reliquia del Papa Luna pertenece al Ayuntamiento de Sabiñán. Sin embargo, Illueca argumenta que la clave no radica en la propiedad legal de los restos, sino en la voluntad original del “antipapa”.
“No vamos a instigar al juez para que determine quién es el propietario del cráneo, sino para que evalúe quién puede cumplir mejor la voluntad de los descendientes del Papa Luna”, comentó Jorge Español, el abogado contratado por Illueca.
¿De dónde viene la disputa? La historia de los restos del Papa Luna es compleja. Tras su muerte en 1423, su sobrino reclamó el cadáver y lo trasladó a Illueca, donde permaneció durante siglos hasta que fue profanado a principios del siglo XVIII. Se dice que entre 1701 y 1707, las tropas francesas saquearon su tumba, y solo se recuperó el cráneo, que fue trasladado al palacio de Argillo en Sabiñán.
¿Qué pasó? En abril de 2000, el cráneo fue robado de su custodia. A pesar de que se encontraba en una capilla, dos jóvenes lograron sustraerlo y pidieron un rescate al alcalde de Illueca. La noticia del robo se difundió rápidamente, pero la policía recuperó la reliquia meses después, confirmando su autenticidad mediante datación por carbono 14.
Tras años de análisis, el cráneo fue trasladado al Museo Provincial de Zaragoza y en 2021 regresó a Sabiñán, donde se le otorgó la categoría de Bien de Interés Cultural (BIC).
¿Cuál es la situación ahora? La justicia ha confirmado que la reliquia es propiedad de Sabiñán, ya que esta localidad la recibió de la familia Olazábal-Bordiu. Sin embargo, Illueca sostiene que el deseo original de la familia del Papa Luna era que sus restos descansaran en su localidad natal.
¿Por qué es importante? La disputa por el cráneo del Papa Luna no solo se debe a su valor patrimonial, sino también a la fascinación que sigue generando la figura de Pedro de Luna y Gotor. Proclamado Sumo Pontífice en 1394 durante el Gran Cisma de Occidente, su legado perdura en la cultura popular, destacando expresiones como “mantenerse en sus 13”.
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