Fernando Resuche, quien vivió en Estados Unidos, ha vuelto a Argentina y comparte su experiencia. A menudo le preguntan por qué regresó, a lo que él responde: “Extrañaba”. Esta simple respuesta refleja un profundo deseo de reconectar con sus raíces.
El filósofo francés Jean-François Lyotard menciona que el deseo está ligado a la ausencia. Fernando, en su tiempo en el extranjero, sintió una constante evocación hacia Argentina, lo que intensificó su deseo de regresar.
Una novia que cambió un destino
En 1989, Fernando trabajaba en una agencia de publicidad en Argentina. A pesar de los retos económicos, su vida cambió cuando su hijo decidió mudarse a EE.UU. por amor. Fernando lo apoyó, vendiendo una yegua para costear su pasaje.
Después de despedir a su hijo, Fernando sintió la ausencia y decidió buscar nuevas oportunidades en Nueva York, donde un amigo le ofreció un lugar para quedarse.
La fortuna de conocer a María Victoria
En Nueva York, Fernando encontró trabajo en un restaurante, donde conoció a María Victoria, una cubana que cambió su vida. Su relación floreció y, gracias a ella, Fernando logró ingresar al mundo publicitario de la ciudad.
Un buen trabajo en los gloriosos noventa: “Llevé a mi familia”
Con el tiempo, Fernando se estableció en el ámbito publicitario y pudo regresar a Argentina para promover su cultura y economía. Agradece a su amigo y a María Victoria por las oportunidades que le brindaron.
Nada como Argentina: “Con 82 años sé lo que quiero”
Con el paso de los años, Fernando decidió volver a Argentina, donde ahora disfruta de su vida en Palermo. A pesar de sus experiencias en EE.UU., su amor por Argentina nunca se apagó. “No puedo estar fuera de Argentina”, afirma, reafirmando su conexión con su hogar.
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