En el Gobierno hay preocupación por la posible aparición de más grabaciones clandestinas. Existen temores de que el teléfono y la documentación secuestrados a Diego Spagnuolo puedan desarticular la estrategia de campaña de la administración actual.
Contexto del escándalo
Desde el martes por la noche, el nombre de Spagnuolo ha generado inquietud en el Gobierno. Las grabaciones clandestinas en las que supuestamente él menciona un sistema de coimas en la provisión de medicamentos al Estado están afectando la imagen de los hermanos Milei.
El fiscal Franco Picardi ha secuestrado el teléfono de Spagnuolo y documentos relevantes para la investigación, lo que ha llevado a una crisis en el Gobierno. Se especula que hay más grabaciones que podrían comprometer aún más a la administración.
Reacciones del Gobierno
Funcionarios de la Casa Rosada admiten estar a ciegas respecto a la situación. No tienen contacto directo con Spagnuolo desde su destitución y desconocen si está dispuesto a declarar. Además, la falta de una respuesta clara ha dejado a los hermanos Milei vulnerables ante las acusaciones.
El escándalo se intensificó luego de que se revelaran audios en los que un funcionario cercano al Presidente habla sin tapujos sobre un sistema de coimas que podría involucrar a miembros del Gobierno. Las respuestas iniciales del entorno de Milei han sido titubeantes, lo que ha llevado a la administración a tratar de minimizar el impacto de la situación.
La crisis se agrava a medida que se acercan las elecciones, y el Gobierno se enfrenta a la presión de contener la situación antes de que surjan más revelaciones que puedan perjudicar su imagen y su plan de gobierno.
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