Los 104 hinchas de la Universidad de Chile que habían sido detenidos en la cancha de Independiente durante los incidentes ocurridos la noche del partido por los octavos de final de la Copa Sudamericana fueron liberados por falta de pruebas, según informaron fuentes de la investigación a LA NACION.
El fiscal de Avellaneda, Mariano Zitto, fue quien llevó a cabo la investigación y el comisario inspector Javier Bibiano, jefe de La Estación de Policía Departamental de Avellaneda, recibió la orden judicial para proceder con la liberación.
En contraste, dos hinchas de Independiente que fueron detenidos fuera del estadio enfrentan cargos de robo calificado en poblado y banda, además de la participación de un menor, según fuentes judiciales.
La investigación continúa para determinar si hubo una “zona liberada” que permitió a los integrantes de la barra brava de Independiente irrumpir en la tribuna donde se encontraban los hinchas chilenos. El juez de Garantías N°3 del Departamento Judicial Avellaneda-Lanús, José Luis Arabito, ordenó la clausura del estadio Libertadores de América hasta que se realicen las gestiones necesarias para garantizar la seguridad durante los partidos.
El operativo de seguridad del partido contemplaba la participación de 650 efectivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y 150 agentes de seguridad privada, pero se registraron incidentes graves que resultaron en al menos 23 personas heridas, dos de ellas en estado grave.
El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, responsabilizó a la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), a Independiente y a la empresa de seguridad privada por los incidentes, y afirmó que el operativo falló al no prevenir la violencia que se desató en el estadio.
Las autoridades continúan investigando las circunstancias que llevaron a estos disturbios y el papel de las instituciones involucradas en la seguridad del evento.
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