El Grupo Techint organizó en Buenos Aires un seminario internacional titulado “Industrialización, comercio y aranceles”, donde participaron empresarios, economistas y referentes de distintos espacios políticos. El encuentro tuvo como eje central la “amenaza mundial” que representa China y contó con la exposición del exrepresentante Comercial de Estados Unidos durante la presidencia de Donald Trump, Robert Lighthizer, quien fue entrevistado por Paolo Rocca, presidente del holding.
Lighthizer advirtió sobre la necesidad de que Argentina y los países de la región se sumen a la estrategia occidental para limitar el avance del país asiático. Durante su discurso, se dirigió directamente a los “libertarios”, afirmando que “si existe algo en el polo opuesto es el marxismo” y que, por lo tanto, “deben sentarse a reflexionar porque estamos en una competencia con China”.
El exfuncionario estadounidense habló de una “segunda Guerra Fría” contra el gigante asiático y apoyó firmemente las decisiones del presidente Trump sobre su política arancelaria. “Lo que necesitamos es que Argentina esté de nuestro lado”, afirmó.
Planteó que el comercio global actual ha generado en Estados Unidos un déficit anual millonario en bienes y señaló que el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001 fue “el mayor error” del sistema multilateral.
Aseguró que China aplica “políticas industriales agresivas, manipulación cambiaria y controles ambientales y laborales laxos” que derivan en superávits comerciales permanentes y en la pérdida de empleos industriales en Occidente.
Durante el diálogo con Rocca, Lighthizer propuso avanzar hacia una “disociación estratégica” con Pekín, basada en mantener relaciones comerciales solo en condiciones equilibradas, evitar la transferencia de tecnología y reconstruir cadenas de suministro entre países aliados. También alertó que Estados Unidos debe impedir que la tensión con China escale de una “guerra fría” a una “guerra caliente”, y que para ello resulta clave la cooperación de socios regionales como Argentina.
Rocca, por su parte, vinculó las definiciones del exfuncionario con la situación local. Consultado sobre el aumento de las importaciones chinas, que crecieron casi 80% interanual, advirtió que “afectan nuestras cadenas de valor” en un contexto de estancamiento del mercado. “El aumento de las importaciones chinas pone en duda el aumento de la inversión”, señaló en diálogo con periodistas. En ese marco, llamó a fortalecer la estructura industrial argentina: “La manufactura es un componente fundamental del desarrollo del país y genera trabajo de calidad”.
Apenas terminó la conversación entre Rocca y Lighthizer, un dirigente industrial celebró lo expuesto por el exfuncionario estadounidense, quien sostuvo que una de las mejores maneras de frenar “la amenaza china” es la defensa de la fabricación y manufactura local.
En ese sentido, otro de los presentes, el exministro de Producción, Francisco Cabrera, dijo que “la apertura de importaciones no mata a las empresas, sino a las ineficientes”. Además, elogió la gestión del secretario de Industria y Comercio, Pablo Lavigne.
Otro empresario presente en la sala puso el acento en las negociaciones argentinas con Estados Unidos para alcanzar un acuerdo comercial. “Prefiero un acuerdo bueno que uno rápido”, señaló, sugiriendo que el país debería esperar que la administración Trump cierre acuerdos con otros Estados con economías más grandes para tomar como modelo “los buenos ejemplos”.
De esta manera transcurrió una jornada que concentró la mirada en la competitividad, el comercio exterior y cuestiones de mediano y largo plazo, alejándose de la discusión de las tasas y la economía prelectoral.
Fuente original: ver aquí