María Jesús Montero ha insistido este lunes en que el Gobierno piensa “presentar” los Presupuestos Generales del Estado, como ya anunció hace unas semanas Pedro Sánchez. La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda ha dejado claro que el objetivo de la activación de las cuentas públicas es plasmar y transmitir cuáles son las “prioridades políticas” del Ejecutivo, en una suerte de embrión de programa electoral ante los próximos comicios generales, que el presidente sostiene que no tendrán lugar antes de 2027.

“El Gobierno va a presentar unos Presupuestos que permitan poner de manifiesto las prioridades políticas dirigidas al bienestar de los ciudadanos. El Gobierno trabaja por el interés de la mayoría, en contraposición al PP, que atiende a los sectores minoritarios, a las élites, en lugar de usar los recursos públicos para mejorar la sanidad, la educación y la dependencia”, ha señalado Montero en Rota (Cádiz).

Sin embargo, “presentar” los Presupuestos no implica someterlos a la votación del Congreso de los Diputados, lo cual ha sido aclarado desde la Moncloa. Las condiciones que plantean los socios para comenzar a negociar han llevado al Ejecutivo a mostrarse muy pesimista sobre la posibilidad de que se puedan aprobar.

Las peticiones

Podemos, por ejemplo, reclama la bajada por ley de los alquileres en un 40%, romper relaciones diplomáticas y comerciales con Israel y no gastar en defensa “ni un céntimo más de euro”. Junts exige que el Gobierno salde la deuda pendiente en inversiones en Catalunya, que el partido de Carles Puigdemont cifra en 50.000 millones de euros, un cálculo que los socialistas no reconocen. ERC condiciona el destino de las cuentas públicas a la recuperación del acuerdo para una financiación singular de Catalunya pactado con el PSC el año pasado, que facilitó la llegada de Salvador Illa al Palau de la Generalitat, un texto más ambicioso que el sellado este julio entre el Gobierno central y el Govern.

Así, el Gobierno solo se atreve a asegurar que piensa “presentar” los Presupuestos, lo que significa, según explican los colaboradores de Sánchez, elaborarlos de forma tentativa, intentar negociarlos con los aliados parlamentarios y tal vez aprobarlos en el Consejo de Ministros, pero no someterlos a una votación si la derrota parece asegurada. La prioridad, como ha subrayado Montero, es “poner de manifiesto” cuáles son las “prioridades políticas” de la coalición del PSOE y Sumar.

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