Tras un siglo marcando el rumbo de los negocios globales, McKinsey enfrenta un desafío a su liderazgo por parte de competidores más ágiles, mientras la tecnología amenaza con reemplazar gran parte del trabajo que la hizo célebre.
Adaptación a un entorno cambiante
“El mundo de los negocios se ha visto forzado a adaptarse a una aceleración asombrosa en la tasa de cambio”, observaba McKinsey en un folleto promocional de 1940. La firma, que alguna vez gozó de una alta demanda por sus consejos, ahora enfrenta tiempos de agitación.
La geopolítica está obligando a las empresas a repensar dónde y cómo operan. La inteligencia artificial (IA) entusiasma a los líderes empresariales con la posibilidad de reemplazar costosos humanos por bots, pero también genera temor ante la posible disrupción de sus modelos de negocio. Sin embargo, McKinsey, la consultora más prestigiosa, se encuentra en una fase de declive.
Desafíos y cambios en el crecimiento
McKinsey, conocida como “La Firma”, ha visto un crecimiento de ingresos limitado en los últimos años. En 2024, su crecimiento fue de apenas un 2%, mientras que su personal se redujo de 45,000 a 40,000 empleados. La incertidumbre económica es solo parte del problema, ya que ha perdido cuota de mercado frente a sus rivales.
La firma, que en 2023 facturó más de 16,000 millones de dólares, ha estado tratando de adaptarse a un entorno competitivo. McKinsey ha adquirido al menos 16 consultoras tecnológicas entre 2013 y 2023, lo que le ha permitido ofrecer no solo estrategias digitales, sino también el desarrollo de prototipos y herramientas avanzadas de análisis de datos.
El futuro de la consultoría
A medida que los ejecutivos buscan transformar sus negocios mediante la IA, también recurren a socios menos convencionales como Palantir, que ofrece herramientas para integrar datos empresariales con IA. Aunque los ingresos de Palantir son menores, están creciendo rápidamente.
Analistas del banco UBS describen a Palantir como “McKinsey + Databricks”, resaltando la competencia que representa. Mientras tanto, McKinsey deberá adaptarse a las nuevas exigencias del mercado y a la creciente presión de los clientes que cuestionan los altos costos de sus servicios. La firma deberá ser verdaderamente distintiva para sobrevivir en su segundo siglo de existencia.
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