El Ministerio de Salud anunció que la vacuna contra la fiebre amarilla dejará de aplicarse de manera gratuita en casi todo el país, excepto en las provincias consideradas zonas endémicas. “La salud pública debe proteger a quienes más lo necesitan, no ser un subsidio a quienes viajan al exterior”, indicó el comunicado del Ministerio de Salud, difundido este miércoles a través de redes sociales.
Quienes viajen al exterior por turismo podrán vacunarse en centros privados habilitados, pagando por la misma. Esta medida busca garantizar “un uso responsable y eficiente de los recursos públicos”, priorizando “las necesidades sanitarias reales de la población argentina”. Además, se aclaró que los recursos se están orientando hacia una mejor atención a los pacientes y una remuneración más justa para el personal de salud.
El ministro de salud bonaerense, Nicolás Kreplak, criticó la decisión del Gobierno, afirmando que tiene lógica en un “gobierno antivacunas”. Destacó que la vacunación es una acción de prevención social y advirtió que si alguien se contagia fiebre amarilla en el extranjero, podría traerla al país, afectando a la población.
Qué es la fiebre amarilla
La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por mosquitos, grave y potencialmente mortal, pero prevenible mediante vacunación. Se caracteriza por fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza y, en algunos casos, ictericia. La enfermedad puede progresar a formas más graves con complicaciones como hemorragias e insuficiencia hepática y renal.
Prevención
La vacunación es la herramienta más eficaz para protegerse contra esta enfermedad. Otras medidas preventivas incluyen:
- Utilizar repelentes efectivos para reducir el riesgo de picaduras.
- Vestir ropa de mangas largas y colores claros.
- Instalar mosquiteros en ventanas y cunas, y preferir hospedajes con aire acondicionado.
- Evitar la acumulación de agua en recipientes, eliminando criaderos de mosquitos.
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