Este miércoles, las columnas de jubilados se concentraron nuevamente frente al Congreso para repudiar el veto de Javier Milei al aumento de las jubilaciones, al incremento del bono y a la prórroga de la moratoria previsional.

Como en otras ocasiones, el Ministerio de Seguridad implementó un operativo desmedido en los alrededores del Palacio Legislativo, con un despliegue de efectivos, vallados y móviles que bloqueaban accesos clave innecesariamente. La imagen era familiar: uniformados en cada esquina y camiones hidrantes listos para intervenir.

Cerca de las 16:30, la policía federal detuvo a dos mujeres, una de ellas fotógrafa, que estaban realizando cobertura de la movilización. Según testigos, las reporteras gráficas fueron detenidas al azar.

En esta nueva movilización contra las políticas del Gobierno, los manifestantes se mostraron amedrentados por la decisión de Javier Milei y Patricia Bullrich de permitir la represión. Este temor no es infundado, ya que muchas de las movilizaciones de los miércoles en defensa de las jubilaciones han terminado en escenas de violencia institucional, incluyendo empujones, gases lacrimógenos, chorros de agua a presión y hasta balas de goma contra manifestantes, muchos de ellos personas mayores, así como niños y trabajadores de prensa.

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